La verdad no hay madre perfecta, pero hacemos cada día el esfuerzo de amar a nuestros hijos y marido.
Lidiar con los quehaceres de la casa no es tarea fácil y encima cuidar de los niños; solo esperamos que llegue nuestro marido para el relevo y correr para que no nos atrape y tener unos minutos de relax.
Esto me hace recordar un capitulo de la serie sex and the city cuando Charlotte al irse de vacaciones con sus amigas, se pone a llorar preocupada porque la niñera se pueda ir y no porque su marido le saque la vuela con ella.
Tener ayuda en casa con los niños es indispensable.
Su servidora.
Maruja Salgado
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